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CUEVA PREHISTÓRICA DE ARDALES

La Cueva Prehistórica de Ardales (también conocida como Trinidad Grund), se ubica en el Cerro de la Calinoria, y se encuentra a 565 metros sobre el nivel del mar, en el término municipal de Ardales, a aproximadamente 50 kilómetros de la costa de Málaga. Las Cuevas de Ardales fue hallada a raíz de un terremoto, en 1821, que propició la apertura de una entrada que se encontraba sellada por más de 3500 años.

A partir de 1823, la cueva se abrió al turismo nacional, cuando existieron referencias al descubrimiento de un yacimiento con restos fósiles humanos. El reputado prehistoriador frances Henry Breuil, en 1918, reconoció por primera vez la gran relevancia que guardaba la Cueva, y fue el primero en estudiar científicamente el arte rupestre que su interior albergaba.

La Cueva, que se puede dividir en cinco sectores, es un sistema cárstico. El sector 1 (Sala del Saco), el sector 2 (Sala de las Estrellas), Area III (Galería de los Laberintos), Área IV (Calvario) y Área V (Galerías Altas). Su legado cultural y patrimonial del Paleolítico, hace de ella todo un referente del sur de la Península Ibérica, gracias a sus numerosas pinturas y grabados.

 

Henri Breuil citó en su primera descripción 20 figuras de animales en 10 puntos diferentes de la Cueva. A día de hoy, se han identificado ya 1010 imágenes pictóricas distribuidos en 252 zonas diferentes de la cueva (existen 98 figuraciones de animales, 10 representaciones humanas y 9 huellas de manos).

Al margen de todo lo referido anteriormente, en el interior de la cueva se han hallado variados descubrimientos relacionados con el uso humano. Estamos hablando de piezas talladas en sílex y otras en hueso, que fueron depositadas en los alrededores del Arte Rupestre, y se especula que algunas de ellas se hubiesen empleado para grabar algunas de las imágenes.

PREHISTORIA DE LA CUEVA DE ARDALES

Son pocos los yacimientos prehistóricos que han sido objeto de estudio continuado a lo largo de tres siglos (XIX, XX y XXI) y aún menos aquellos que permiten, a los visitantes que así lo pidan, visitarlo para contemplar sus cámaras y galerías en las mismas condiciones en las que lo hicieron los exploradores de principios del siglo XIX.

Los estudios científicos avalan que la cueva fue objeto de visitas regulares durante un periodo aproximado de sesenta mil años, la mayor parte de las veces en condiciones de oscuridad lo que no fue óbice para que se realizaran manifestaciones gráficas que se han conservado hasta nuestros días en forma de expresiones artísticas. Siendo la cueva tan grande, y no teniendo fuentes de luz natural, los neandertales tuvieron que emplear antorchas u otros puntos de iluminación portátiles. A lo largo de todo este periodo, las actividades llevadas a cabo por nuestros ancestros, se cambiaron o destruyeron elementos naturales, sin que sepamos exactamente porque lo hicieron o si lo hicieron de forma consciente o accidental.

La corriente científica más reconocida es la del Arte rupestre Paleolítico. Se han registrado, como comentamos anteriormente, mil diez motivos pictóricos distribuidos en 252 paneles o distintas zonas de la cueva. Existen 787 motivos abstractos, 106 de los cuales están mal conservados o no están identificados, 98 representaciones de animales, 10 figuras humanas y 9 huellas de manos. De la cueva se aprovecharon todas las superficies disponibles para llevar a cabo la labor pictórica: techos, paredes, suelo, estalagmita y rocas grandes. El 64% de los animales son ciervos y el 26% caballos, y en menor cuantía existen toros, cabras, serpientes, aves y un pez). Curiosamente, el 85% de los ciervos son hembras.

En el año 2018, la prestigiosa revista SCIENCE publicó la datación a través del método Uranio/Torio de los residuos de las costras calcáreas sobre algunos de los símbolos rojos, que se revelaron de una edad antiquísima. Concretamente, tres de esos signos, ubicados en unas estalagmitas de la Sala de las Estrellas, mostraron edades comprendidas entre 45000 y 60000 años. Por aquellas fechas, solamente los Neandertales habitaban el sur de la Península Ibérica, por lo que cabe deducir que ellos fueron los autores del arte rupestre.

Las excavaciones arqueológicas se llevaron a cabo en tres sectores diferentes ubicados entre la Sala del Saco y la Sala de las Estrellas, entre diez y cuarenta metros del acceso de la cueva, donde existen condiciones de ventilación propicias para el uso del fuego. Se ha logrado fechar las diferentes etapas en las cuales la cueva fue visitada: 65000 a.C.; 51000 a.C.; 43000 a.C.; 36000 a.C.; 24000a.C.; 19500 a.C.; 14000 a.C.; 11500 a.C.; y 8000 a.C.

El uso que se hizo de la cueva en la etapa posterior a la Edad de Hielo, se liga sobre todo con las actividades funerarias. La cavidad dejó de emplearse como refugio o enclave de expresiones artísticas, y se estudiaron más de veinte yacimientos de huesos que pertenecían la Neolítico y la Edad del Cobre, que pertenecían a hombres y mujeres menores de 40 años, aunque destaca uno que se le atribuye una de 60 años cuando murió. Igualmente se han encontrado restos de niños con menos de 5 años. Los cadáveres nunca se enterraron, sino que se depositaron en grietas o reducidos nichos naturales.

HISTORIA DE LA CUEVA DE ARDALES

El Paleolítico superior es la etapa donde se produce en Europa la segunda oleada de humanos oriundos de África. Estos movimientos migratorios se produjeron entre 40000 y 36000 años a.C. Los Homo Sapiens ocuparon el territorio que había sido ocupado previamente por los Neandertales, siendo la Cueva de Ardales un enclave privilegiado donde encontramos las manifestaciones artísticas de aquellas comunidades.

La Cueva de Ardales tiene una extensión de 1597 metros en su principal galería, a lo que hay que sumar abundantes compartimentos y reducidas salas colaterales.

Las primeras crónicas que se tienen tras su descubrimiento en 1821, describen, no solo su interior, sino también la presencia de restos que habían pertenecido a antiguos mineros. Estas referencias llamaron la atención de personajes ilustrados tales como Sebastian Miñano, Francisco Maria Tubino y Pascual Madoz, que ya a mediados del siglo XIX esbozaron la idea de que los restos de la cueva eran de tipo prehistórico durante la Exposición Universal de París de 1878.

A partir de 1823, los más adinerados pudieron visitar la cueva, al calor de un primerizo movimiento turístico de la burguesía que pasaba temporadas en los balnearios de Ardales y Carratraca. En este periodo se alzaron las escaleras que aún hoy permiten recorrer el circuito interior (1859). Doña Trinidad Grund fue la máxima artífice de esta etapa previa a la investigación científica. Mejoró el acceso del recorrido, y en 1866 creó una guía oficial de la cueva así como la equipó con lámparas que iluminaban su interior para contemplar las columnas, las estalactitas y las bóvedas.

Tras el impulso divulgativo que supuso que el famoso prehistoriador frances Henry Breuil acompañado por el malagueño Miguel Such, la Guerra Civil sumió a la cueva en un abandono institucional y el olvido durante el periodo de la postguerra. Se dejó de estudiar la cueva y sus pinturas, y las menciones en libros, revistas y manuales fueron cada vez más escasas.

En 1981 se encontraron una serie de galerías suspendidas que poseyeron su propio acceso desde el exterior durante la Prehistoria (las llamadas Galerías Altas), y que aún no han sido objeto de un estudio profundo, lo que abre la puerta a que futuras investigaciones nos permitan obtener una mayor comprensión del significado de la cueva. Diversas inspecciones han confirmado un mosaico de Arte Paleolítico, construcciones empleando piedras que formaban muretes y se han hallado algunas herramientas talladas, junto a quince restos humanos depositados en cavidades o grietas naturales.

1985 trajo consigo una etapa nueva, en la cual el Consistorio de Ardales se volcó en promover un trabajo de recuperación y estudio que dura hasta nuestros días, y que ha contado con el inestimable apoyo de diferentes expediciones nacionales y extranjeras, siendo Juan Jose Duran el jefe de los estudios y prospecciones geológicas, mientras de los arqueológicos se encargaron Jose Ramos y Gerd C. Weniger, y del arte rupestre Pedro Cantalejo y Maria del Mar Espejo. Un acuerdo entre el Neanderthal Museum de Alemania, la Universidad de Cádiz y el Consistorio de Ardales, impulsado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, permite emplear nuevas y modernas tecnologías de prospección de la cueva a partir de 2011.

En 2010, la Cueva de Ardales se incluyó en  el Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa. 2019 marca el punto de partida en el cual la Diputación de Málaga impulsa la inclusión de la Cueva en la candidatura a Patrimonio Mundial UNESCO “Caminito del Rey y su entorno”.

Centro de recepción de visitantes de la Cueva de Ardales.jpg

El Ayuntamiento, en 2009, impulsó la apertura de un espacio para encaminar las visitas guiadas al interior de la cueva. En los aledaños de la Cueva se construyeron aparcamientos y jardines, así como un edificio de dos alturas, que muestra, mediante un concepto de paneles y vitrinas expuestos en diacronía, la información recabada acerca de la Prehistoria de Ardales y sus contornos, así como una colección de material arqueológico vinculados con proyectos de investigación llevados a cabo a lo largo de los últimos cuarenta años.

LA VISITA DE LA CUEVA DE ARDALES

En 2010, la Cueva de Trinidad Grund se incluyó en el itinerario Cultural Europeo “Caminos del Arte Rupestre”, de la mano del Consejo de Europa. Su modelo de gestión se asienta en el Centro de Recepción de Visitantes y en la difusión controlada de la Cueva. Es un hito cultural muy fuerte en Andalucía, y se encuadra en lo que se ha venido llamado Turismo Científico.

Los grupos de visitantes convencionales llevan a cabo una visita que dura dos horas, y tiene como objetivo admirar el Arte Paleolítico representado por sus dos grandes pilares (los Neandertales y los Sapiens), las distintas zonas de excavaciones y un depósito funerario del periodo Neolitico. El concepto de la visita incluye también el Centro de Recepción de Visitantes.

Los datos de contacto y ubicación del Centro de Recepción de Visitantes son los siguientes: 

Avenida de Málaga, nº 1, 29550 – ARDALES, Málaga.

Contactos para información y reservas: 952458046 y 609200165, o a través del correo electrónico patrimonio@ardales.es

DÍAS DE VISITA DE LA CUEVA DE ARDALES

Las visitas guiadas se llevan a cabo de martes a jueves domingos a partir de las 10:00h. Los viernes y sábados hay dos periodos de visita, a las 10:00h y a las 16:00h. El día de cierre es el lunes. Los grupos no podrán tener más de 15 personas, no existiendo un número mínimo. Las entradas deben ser adquiridas con bastante antelación en este enlace.

PRECIOS DE LAS ENTRADAS DE LA CUEVA DE ARDALES

El precio de la entrada convencional es de 15€ (para personas mayores de 12 años).

La entrada con tarifa reducida es de 5€ (para niños entre 8 y 12 años).

La visita comienza citándose con el guía en el Centro de Interpretación la Prehistoria en Ardales, en la Avenida de Málaga, nº 1.

Es muy recomendable leer con mucha atención toda la normativa relativa a la visita que se encuentran en la web durante el proceso de la compra de las entradas.

Los visitantes estudiantes que quieran visitar la Cueva de Ardales lo pueden hacer siempre que haya disponibilidad, de marte a viernes, através el telefono  608 931 657 o escribiendo un correo electrónico a patrimonio@ardales.es

COMO LLEGAR A LA CUEVA DE ARDALES

Los visitantes que tengan reservadas su visita guiada partirán desde el Centro de la Prehistoria de Ardales (Avenida de Málaga, nº 1. 29550 Ardales).

 

Desde allí, con su coche, siguiendo al del guía, recorrerán cuatro kilómetros hasta la propia boca del yacimiento. Dentro, la visita durará hora y media y recorrerán 600 metros de galerías y salas para contemplar el arte rupestre Paleolítico y las excavaciones arqueológicas internacionales.

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